Una exposición que, en lugar de concentrarse en un solo espacio, se dispersa por todo el recinto para encontrar al público en cualquiera de los paseos. Unos cubos que atrapan el vacío y con ellos a una idea, un objeto que hace el mundo un poco mejor. Por eso cuando cae la noche, una bombilla alimentada por un panel solar se enciende para iluminar dicho objeto: una buena idea. Unos cubos varados por el recinto, como los enormes dados de hormigón que rompen el golpe de mar.
Cada cubo es autosuficiente y genera su propia energía sin necesidad de conexión mediante una pequeña batería alojada debajo del mismo y un panel fotovoltaico en la parte superior. Todos los elementos son reciclados con paneles de encofrado OSB pintados con yeso blanco, cinturones de automóviles de seguridad reciclados, etc. Los cubos una vez acabada la exposición se subastaron para uso privado.