Con el sugerente brief de diseñar una vivienda donde los amigos o familia pudieran pasar temporadas junto a la residencia principal de los propietarios arrancó este proyecto de vivienda dentro de una granja en el condado de Hampshire.
Tomando como referencia los galpones agrícolas revestidos de madera embreados y con sus cubiertas a dos aguas, los cásicos “barn” jalonados por el paisaje, se ha reinterpretado el modelo, intentando que la arquitectura se inscriba de forma natural en el paisaje, utilizando la madera y el color negro tradicionales, pero con un sistema constructivo y acabado contemporáneo, abriendo los interiores a las fabulosas vistas de prados y bosques circundantes.
Con un sistema de construcción industrializada a partir de paneles prefabricados de madera contra-laminada para la estructura, y haciendo uso de las más eficientes tecnologías disponibles, (geotermia, paneles fotovoltáicos, un pozo con sistema de depuración, etc.), esta casa se posa sobre el terreno sin ruido, otorgando el protagonismo al lugar.
El acabado exterior está resuelto con una doble piel, siendo la exterior permeable con pequeños listones de madera de accoya teñidos en negro, disfrazando la casa de edificio agrícola, con la cubierta y los paramentos verticales en un solo plano, en un rotundo y sencillo gesto. La cubierta es a dos aguas en toda la longitud del edificio, salvo en la zona de salón en la que la casa se expande y asoma a los campos con un módulo más de cubierta.
El interior es diametralmente opuesto al oscuro exterior, luminoso, combinando pavimentos de piedra caliza y micro mortero mineral con base de cal, (mortex) con paredes acabadas en mortex o en castaño acabado con aceite natural. Las habitaciones se abren al paisaje con unas puertas correderas que se escamotean dentro de los muros hasta desaparecer, haciendo posible integrar una serie de terrazas exteriores a la vivienda, pequeñas isla privadas frente al paisaje.
Se accede por un vestíbulo pasante, que da acceso a la zona central de salón, comedor y cocina. Abierta a Norte y Sur y con controles domotizados de climatización y oscurecimientos, se vuelca al exterior. El castaño otorga calidez a este corazón habitable, e incorpora de una forma natural la cocina al espacio. Una chimenea y una gran mesa completan el espacio.
La casa se resuelve en dos estratos. Hasta 2,20m el nivel humano, al alcance de la mano, con texturas amables al tacto como el mortex o el castaño, inscribiendo puertas y ventanas. El siguiente estrado es el de la luz, el de las cubiertas y lucernarios que bañan de luz natural las estancias.
Las dos habitaciones principales en los extremos de la casa, se abren con un enorme mirador a Este y Oeste, con una mesa volada de mármol St. Dennis en uno y una zona para meditar en el otro. Los diseños de los tatamis para las camas y las mesillas de noche son del autor, en nogal español.
Las habitaciones de los niños juegan con la altura. En la habitación de las niñas, las plataformas para las camas se convierten en una casa en el árbol interior, dejando unas zonas de trabajo y juego debajo, incorporando además un gran espejo para practicar ballet. El mobiliario en los dormitorios se ha realizado en madera de castaño.
Cada baño es diferente, e incorpora bañeras y duchas iluminadas con luz cenital. Cada uno incorpora también un color diferente mediante los tonos de pintura elegidos y las baldosas hidráulicas en la pared de lavabos que están acabados en micro mortero mineral. Los espejos, diseñados también para la casa son dos círculos de perfil de hierro lacado en negro que se solapan homenajeando a Scarpa.
Un granero contemporáneo varado en un paisaje de campos arados y bosques. Negro sobre verde.